A bote pronto y sin preámbulo ni matices Alejandro Armenta Mier sentenció: “Mi candidato a la Presidencia de México en 2024 es el Senador Ricardo Monreal Ávila”.
“Que no quede duda alguna. No se valen las interpretaciones. Ni el quizás, tal vez, puede ser”.
“Se está en la hora de las definiciones, de lealtades, del ser o no ser”, machacó el poblano y presidente de la Comisión de Hacienda del Senado de la República.
Respeto las aspiraciones legítimas de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, quienes tienen el derecho legítimo de obtener la candidatura Presidencial.
Por lo tanto, también debe respetarse el anhelo fundado del legislador Ricardo Monreal de ser el abanderado de MORENA en 2024.
Para entender con mayor amplitud la sucesión presidencial hay que leer –y releer- el libro de Jorge Castañeda –Gutman-: “La Herencia”, donde describe la sucesión de los últimos 40 años, hasta la de Carlos Salinas de Gortari.
Plasma la historia del vencedor y la historia del vencido. Del que gana y de quien no obtiene la sucesión.
Ahí están las vertientes de las concertacesiones, los encartes y pactos sucesorios.
Los que nos lleva –cita Alejandro Armenta– a que en la democracia hay quienes “sueñan con la designación y están a la espera del “dedo poderoso”, del “dedo omnipotente” que te señale”.
Y hay quienes construyen su proyecto, van pavimentado el camino y creando una fuerza social, su fuerza con el pueblo y para el pueblo.
Ése es el caso del Senador Ricardo Monreal. Hombre que honra la palabra, de lealtades y convicciones. Siempre ha remado a contracorriente. De la real cultura del esfuerzo.
No tuvo “padrino” para llegar al gobierno de Zacatecas. Ni al Congreso de la Unión.
Tampoco a la delegación Cuauhtémoc.
Historia similar a la del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuya lucha por alcanzar la democracia en México ha sido y es permanente, tozuda y persistente.
Para concluir, Alejandro Armenta subraya que “su candidato a la Presidencia de México es Ricardo Monreal”.
TERMINA ERA DEL “TAPADO” E INICIA LA DEL “DESTAPADOR”
En su mañanera López Obrador “decretó” el fin del “tapado”, a dejar esas prácticas del “tapadismo”, de la designación, el dedo y aquellas frases célebres de que “el que se mueve no sale en la foto”.
“Ya no hay tapados”, soltó.
Y dio paso a la era del “destapador”.
El mandatario nacional recordó: “Ya hablé de que soy como el destapador, nada más que mi corcholata favorita va a ser la que el pueblo quiera”.
“¿Y podrá controlar a las corcholatas?”, le cuestionó un reportero.
“El pueblo pone a cada quien en su sitio. Va a ser la gente la que va a irse formando la idea de qué es lo que más conviene al País”, respondió.
Pero…
Todo indica que López Obrador ya tiene su “corcholata favorita”… Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Incluso, Sheinbaum ya tuvo dos destapes públicos.
Y el primero fue más que emblemático, pues tuvo las características del añejo destape tricolor del “tapado”.
El pasado 1 de julio durante el acto de MORENA para celebrar el “Triunfo Electoral de López Obrador en julio de 2018”, Claudia Sheinbaum “fue aclamada y vitoreada:
¡Presidenta… Presidenta… Presidenta!
El segundo destape se dio el domingo pasado durante la inauguración de la línea de Cablebús en la Ciudad de México, y de manera “espontánea” la gente gritó a doña Claudia:
¡Presidenta… Presidenta!
Y como AMLO afirmó que se acabó “el dedo”, Marcelo Ebrard tuvo su destape el pasado sábado durante una “comida de amigos” en Ocoyoamac, Estado de México, donde dijo:
“Le tomo la palabra al Presidente López Obrador y sí competiré por la candidatura presidencial de Morena para 2024”.
Y llamó a los asistentes a mantener prudencia y eficiencia, pues falta mucho para la sucesión.
Sin olvidar:
En el destape de López Obrador para sucederlo nombró a tres integrantes de su gabinete: Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle, titulares de Relaciones Exteriores, Economía y Energía, respectivamente.
A dos Embajadores: Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma, ambos en Estados Unidos.
Y a la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
Y omitió –casualmente- nombrar al líder de la bancada de MORENA en el Senado de la República: Ricardo Monreal.
Con aplomo Monreal encontró la salida diplomática y política: “El Presidente no me incluyó porque es respetuoso de la autonomía del Poder Legislativo”.
Pero desde luego que estaré y participaré en la contienda interna de mi partido por la candidatura presidencial en 2024.
Más don Ricardo tiene más que claro que no es la “corcholata favorita”.
Y volverá a remar a contracorriente.
Ya se la hizo López Obrador en 2018 por la candidatura a la Ciudad de México al arrebatársela y dársela a Sheinbaum, pese haber ganado la encuesta.
¿La historia de 2018 por la gubernatura de la CDMX se repetirá por la candidatura Presidencial del 2024?
¿Ella y él fueron los protagonistas hace tres años y todo indica que lo volverán hacer dentro de dos años y medio?
¿O no es así Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum?
Al tiempo.