viernes 26 julio 2024
Slider
La 4T dobló las manos frente el crimen organizado a cambio de quedarse con el poder político. (Rumor sin fronteras por Gerardo Pérez García)
RUMOR SIN FRONTERAS: Gerardo Pérez
Fue un inusitado encuentro-desencuentro entre dos mujeres y colegas periodistas, que a partir del 2018 ingresaron a la política gubernamental y legislativa.
Rosa Icela Rodríguez, de La Jornada, pasó a la Secretaría de Gobernación del Gobierno de la Ciudad de México —con Claudia Sheinbaum— y en los primeros meses de este 2021 fue nombrada secretaria de Seguridad Ciudadana por el presidente Andrés ManuelLópez Obrador.
Lilly Téllez, de Televisión Azteca, ingresó al Poder Legislativo como Senadora de Morena, a propuesta del entonces candidato presidencial. Pero a inicios de este año dejó la bancada morenista para adherirse al bloque del Partido Acción Nacional.
Encuentro-desencuentro que hizo implosión el pasado martes en el pleno del Senado de la República.
Allí, Lilly Téllez soltó misil quedejó muda a Rosa Icela Rodríguez… “Abrazos, no balazos, es de hecho la proclamación del compromiso de la 4T con el crimen organizado, es la declaración abierta del sometimiento de la fuerza pública a la fuerza de las mafias”.
“Abrazos, no balazos, es la cínica confesión de que la Cuarta Transformaciónentregó la plaza a cambio de quedarse con el poder político; tanta era su ambición que doblaron las manos frente al crimen organizado”.
El ambiente al interior del recinto de la Cámara Alta era tenso.
En los 138 escaños recorría un frente frío.
La tormenta del frente opositor anunciaba inundar al bloque de MORENA.
Si los legisladores del Movimiento Regeneración Nacional pensaron, creyeron o intuyeron que la presencia del “Gabinete de Seguridad” en el Senado de la República iba a intimidar, silenciar, frenar, los reclamos del PAN, PT y Movimiento Ciudadano… se equivocaron rotundamente.
Aconteció todo lo contrario.
Porque no blindó a la secretaria de Seguridad Federal.
Por el contrario, la debilitó e hizo más vulnerable a los severos apuntes y datos que expuso Lilly Téllez.
Porque, además fue inédita e inesperada —claro, para la oposición— la “visita” de los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López; de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; Marina, José Rafael Ojeda, quienes fueron ubicados alrededor de Rosa Icela Rodríguez.
Y abajo de la tribuna estuvieron Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional; Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad de Gobernación y Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Vaya enfrentamiento entre dos periodistas.
Choque que caló hondo en los integrantes del “Gabinete de Seguridad”.
Lilly Téllez arremetió con todo.
“Estamos ante una desactivación frente al crimen organizado y la Guardia Nacional es el grupo de edecanes más caro que ha tenido este país”.
Fue por más.
“¿No les da vergüenza señores?… Les invito a que porten ese uniforme no sólo con gallardía, sino con lealtad a la patria. Las prendas y las estrellas no significan nada si quien las viste no tiene carácter para defender a los mexicanos”.
Culmina cuando Téllez entrega a Rodríguez el libro “El Padrino” —autoría de Mario Puzo—, que versa sobre la relación entre el poder político y el poder del crimen organizado.
Vaya choque de las ex representantes de La Jornada y Televisión Azteca.
“VENIMOS A GANAR LA PAZ, NO LA GUERRA”
De la cita de Rosa Icela Rodríguez: “El combate contra el crimen organizado no es una guerra, como en sexenios anteriores, ahora la cuarta transformación viene a ganar la paz”.
Pasó a la advertencia:
“No habrá acuerdos con delincuentes ni compromisos oscuros por debajo de la mesa”.
Para seguir con el apunte del periodista Francisco Garfias en su columna “Arsenal” de Excélsior:
“A Ovidio, hijo de El Chapo Guzmán, capo del Cártel de Sinaloa, ya lo tenían detenido en el famoso Culiacanazo y lo liberaron por órdenes del presidente López Obrador.
“A 31 científicos y académicos del Conacyt, la Fiscalía de Gertz Manero, con el respaldo de AMLO, los acusó de delincuencia organizada y solicitó órdenes de aprehensión.
“Un juez muy valiente, Gregorio Salazar Hernández, paró la embestida contra los académicos. Negó las detenciones con el argumento de que los hechos que se les imputan no corresponden a los ilícitos que pretenden atribuirles. La FGR insistió. Volvió a pedir las órdenes de aprehensión. Una, dos, tres veces.
“Hay montañas de protestas de científicos, intelectuales y articulistas por esta persecución, disfrazada de combate a la corrupción. Destacó la del rector de la UNAM, Enrique Graue: “Es un despropósito, inconcebible la acusación de delincuencia organizada contra los académicos”, termina el columnista Francisco Garfias.
Conclusión:
Durante 2020 la violencia costó 277 mil millones de pesos, que equivale al 2.85 por ciento del Producto Interno Bruto —PIB—, con 21 millones de víctimas, revela la Encuesta Nacional de Victimización —ENVIPE— del Instituto Nacional de Estadística y Geografía —INEGI.
Y durante los 22 días de este mes de agosto van 107 feminicidios, la cifra más alta sobre asesinato de mujeres desde enero de 2015.
Entonces, ¿quién miente?
¿Quién dice la verdad?
¿La secretaria de Seguridad Federal?
¿La Senadora de la República?
Al tiempo.
Facebook