viernes 26 julio 2024
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Interés superior de los niños y derecho humano a una cultura física (Columna de Alberto Curiel Tejeda)

El artículo cuarto de la constitución de nuestro país es uno de los artículos que más derechos contiene, en un solo ordenamiento constitucional, entre ellos se encuentra el principio denominado interés superior de la niñez (0-18 años), y las obligaciones que tienen padres, tutores y autoridades respecto a los niños; por otro lado, el propio artículo, habla de la cultura y de la cultura física como un derecho humano.
La presente columna se la dedico a todos los jóvenes y niños que no se conforman con juegos de videos, sino que además leen, estudian, hacen deportes o alguna actividad física, mi actual shijan de Karate- do Jorge Tlapalama, quién es el líder nacional de Shotokan ISKA; me comentó, qué escribiera una columna dedicada a los niños y jóvenes, y me pareció una excelente idea, sobre todo por el hecho de qué los niños y jóvenes son el verdadero futuro de nuestro país.
Yo comencé a practicar Karate-do, allá por el año 1990, aunque mi primer acercamiento lo tuve en el verano de 1989, con el equipo de Karate-do Shito kai del carolino de la entonces UAP, con el doctor Carlos Paredes Domínguez y el Shijan Koichi Choda, ya lejanos años aquellos en que mi hermano mayor me “engaño” y me inscribió en enero de 1990 en el Honbu dojo y que al final de cuentas, quedé prendido del karate-do durante 11 años seguidos, y aunque entrene otras artes marciales y deportes por alguna razón regrese siempre al karate-do; hasta el día de hoy.
Lo interesante del tema es que los jóvenes son potencialmente “campeones, lideres, científicos, grandes profesionistas, pensadores, filósofos, médicos etc”, pero también al contrario, pueden no serlo; los derechos humanos de educación, cultura y cultura física son trascendentales para lograr un país fuerte y prospero, si bien es cierto, el gobierno federal debe invertir en temas de seguridad, en realidad debe hacer más por el desarrollo humano, y la cultura física es parte de la educación de calidad, hay países que han apostado por sus artes marciales, como caminos de disciplina para tener resultados a largo plazo, y han tenido resultados positivos en la disminución de índices de violencia y delincuencia, entre ellos Japón (Karate-do, Aikido, Judo, Kendo, Kobudo), Corea del norte y corea del Sur (Tae Kwon do, Harang do, Hap ki do) China (Wu Shu, Wing Shu, etc); como medios de entrenar no solo el cuerpo sino el espíritu a partir de valores implícitos en las artes marciales, que no están diseñadas para ser violentas, sino al contrario, para tener carácter y disciplina, lo qué a la larga significa personas dedicadas, con metas y valores.
El Dojo Kun en Shoto Kan (La casa del Pino) (Gichin Funakoshi) dice:
Uno.- Respeto a los demás.
Uno.-Esfuerzo y constancia
Uno.- Reprimir la violencia.
Uno.- Guardar siempre fidelidad
Uno.- Perfección de la personalidad.
O como decía en su momento Kenwa Mabuni:
Nanigotomo Uchiwasuretari gitasurani bu no shima Sashite kogua tanoshiki, (que alegre es remar olvidándolo todo hacia la isla del arte -Karate-); la disciplina, el conocimiento del ser, el olvidarlo todo sin pensar, qué es el principio del satori o “no mente”, lo que se busca con el yoga o la iluminación se puede lograr con las artes marciales, me imagino un país en el que la búsqueda del satori fuera la generalidad, la disciplina, el respeto, el esfuerzo, la constancia, la fidelidad, la perfección de la personalidad, creo que tendríamos un país diferente, la apuesta está en la juventud, esta columna esta dedicada a todos los jóvenes, que sin apoyo gubernamental, solo el de sus padres y ellos, para aquellos que buscan mejorarse día a día, que entrenan a diario que buscan ser mejores personas, mejores ciudadanos, y por ende mejores Mexicanos, sin que piensen en que se les regale algún dinero, sino al contrario generar mejores condiciones por ellos mismos, esta columna esta dedicada a todos los jóvenes que luchan día a día por ser mejores personas y mejores mexicanos, en sus lugares de origen , a mis hijos Adissón y Osvaldo, a quienes tienen un ideal, a mis maestros de karate do, y de otras artes marciales que buscan que este país sea mejor Osss.