jueves 12 diciembre 2024
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¿Cuánto cuesta la vacuna antiCOVID-19? (columna del Dr. Silvino Vergara Nava 01.03.21)

Siempre hubo personas que buscaron
ganancias en el mercado. Pero hay un mundo
de diferencias entre un sistema histórico
en el cual existen algunos empresarios o comerciantes
o “capitalistas”, uno en el cual el ethos
capitalista y su práctica son dominantes
Walter Mignolo.

La desesperación mundial de las naciones para
obtener las millones de vacunas de los laboratorios para, más o menos, normalizar sus
actividades y terminar con las miles de muertes causadas por la pandemia ha permitido poner a
la luz publica algunos de los precios de las vacunas.
Sin embargo, a pesar de que los gobiernos de los
diferentes países tengan la capacidad o los recursos
para hacer esos pedidos de las vacunas, el principal
problema, por lo menos para las naciones más pobres y con más contagios de esa enfermedad, es el
de suministrar las mismas vacunas a la población.
Si seguimos las leyes de la oferta y la demanda,
entonces, podríamos sostener que existe poca oferta y mucha demanda de las mercancías denominadas vacunas. Por lo que el precio, desde luego, incrementará.
En realidad, estamos en un escenario de subasta
mundial de vacunas en el que el mejor postor será, como siempre, el que se lleve los mejores pedidos de vacunas y las de mejor calidad. Por ende, el precio de
las vacunas no parece ser el mismo que se ha puesto
a la luz pública estimado en moneda.
El valor en moneda que se le ha puesto a las vacunas pareciera ser lo de menos, solamente representativo o simbólico. El riesgo es que, en realidad, se trate de otro valor el que exijan las farmacéuticas globales; las cuales, hoy día, prácticamente están en la
cima del mundo. Sus políticas de venta y de comercialización de sus vacunas están dominando al mundo. Razón por la que, lejos de que el valor de las vacunas y de su entrega sea monetario, podría ocurrir
que exijan a los países, por lo menos a los más necesitados y pobres (como siempre), otra serie de pagos
a cambio de sus vacunas.
Tal es el caso, por ejemplo, de concesiones, licencias, autorizaciones, permisos requeridos para una
determinada actividad en la que las farmacéuticas
tengan interés en cada nación.
Pero eso no es todo. Se puede llegar al extremo,
aún más grave, de solicitar a los países modificaciones de leyes, en primer término, en cuanto a la importación y exportación de mercancías, como lo sería disminuir las tasas impositivas, o respecto de los
permisos y prohibiciones para las importaciones y
exportaciones.
En segundo lugar, modificaciones de leyes ambientales para tener más permisos en la explotación de los recursos naturales de las naciones. Incluso –¿por qué no?– modificaciones constitucionales en aquellos países frágiles, como es el caso de México, tan repleto de reformas a su constitución, para dejar en mejores condiciones a esta industria farmacéutica mundial para explotar algún rubro que
requieran.
Esta problemática no está, en absoluto, alejada de
la realidad. Ya lo ha sostenido una gran cantidad de
autores en relación con el problema actual de la globalización, del neocapitalismo, cuyo objetivo es, más
que entrar a la ley de la oferta y la demanda, despedazarla y dominar el mercado.
El objetivo principal de las grandes corporaciones transnacionales –denominadas «poderes salvajes» por el profesor italiano Luigi Ferrajoli– es el de
dominar y monopolizar el mercado, frente a lo cual
las naciones y sus regulaciones jurídicas se ven rebasadas.
Por ello, ante la pregunta de ¿cuánto cuestan las
vacunas?, el tiempo nos dirá cuáles habrán sido los
costos para las naciones de contar con sus dosis para
distribuirlas a su población y combatir la pandemia.