Al corte de ayer, era un hecho que la carrera política de la presidenta municipal de Puebla, la morenista Claudia Rivera Vivanco, tendría un receso, obligado por la persecución que ha emprendido el gobernador Luis Miguel Barbosa en su contra.
Y lo que se vislumbraba en 2018 y 2019 que iría por la reelección en los comicios de 2021, al correr de los meses de este año se fue diluyendo y esfumando la proyección de repetir en el Palacio de Charlie Hall.
Pero…
Ayer la vida política de doña Claudia dio un giro.
Y vaya que si lo dio.
La luz del sol volvió a brillar
Y para bien, desde luego.
Porque, en la visita a Puebla del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la alcaldesa retornó al escenario político por la “Puerta de Alcalá”.
Dado que fue invitada para acompañar al mandatario nacional.
No solo lo acompañó.
Estuvo sentada en el presídium que se montó para la Mañanera presidencial, en la sede de la XXV Zona Militar, con los secretarios de la Defensa Nacional, la Marina, Gobernación y Seguridad Pública, además del gobernador.
Pero hubo más.
Claudia Rivera tuvo una participación ante López Obrador, al igual que el titular del Ejecutivo estatal.
Cuestión que nada, absolutamente nada, gustó a Luis Miguel.
Incluso su rostro así lo dibujó.
Nada pudo hacer para evitar la presencia de la alcaldesa, puesto que es la Presidencia de México quien ordena y dispone quién o quiénes acompañan a López Obrador.
Sin olvidar la ampliación de medidas restrictivas por la pandemia de Covid-19.
Restricciones que, por cierto, alcanzaron a los medios de comunicación de Puebla, en virtud de que ningún periodista poblano fue invitado a la Mañanera presidencial.
Todos: televisión, radio, periódicos y portales, fueron excluidos.
¿Por qué?
Andrés Manuel y su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, así lo determinaron.
Lo que lleva a pensar que para ellos la prensa poblana NO EXISTE.
No hay más.
¿IRÁ POR LA REELECCIÓN EN EL 2021?
Con el apapacho presidencial, la “Puerta de Alcalá” del 2021 se abrió de par en par para Claudia Rivera.
Pórtico que estaba no sólo cerrado, sino sellado herméticamente por el barbosismo; pero llegó el “dedo divino” y derritió la soldadura.
Y la pelota quedó en la cancha de Rivera Vivanco.
Ella, y solamente ella, tomará la decisión.
Sabe que el terreno está y estará más que minado, políticamente hablando.
Que habrá de relanzar su gestión municipal.
Dar golpes de timón.
Y ejecutar acciones concretas y contundentes en el combate a la delincuencia.
Puesto –y lo tiene muy claro– que la mano barbosista hará todo lo posible por descarrilarla.
Ahí está el secretario de Gobernación, David Méndez Márquez, que busca y buscará ser el candidato a la alcaldía de la capital. Y es quien “mece la cuna”, un día sí y otro también, en la campaña anti Claudia, de la mano con el auditor del estado, Francisco Romero Serrano.
Al igual que la regidora Rosa Márquez –mamá de David–, quien pretendió la nominación en 2018, pero Claudia tuvo mano.
Y Olivia Salomón, secretaria de Economía del gobierno estatal, a quien tienen en la zona de calentamiento, de ser necesario, para la contienda electoral que se avecina.
Además del líder del Congreso del estado, Gabriel Biestro Medinilla, que sin levantar la mano está en el arrancadero y cuenta con el vo.bo. del mandatario estatal.
Vale la acotación.
En el preámbulo de las candidaturas de 2018, Gabriel Biestro estaba más que firme para ser el candidato de Morena a la presidencia municipal de Puebla.
Sólo que el destino le reparó otro camino porque que tuvo que dejar su lugar a Claudia Rivera, por la equidad de género.
El sacrificio le valió a Biestro la diputación local y presidencia de la Junta de Gobierno.
Finalmente, será la “mano presidencial” la que defina la candidatura de Morena a la presidencia municipal, pese a que el mandatario estatal en turno tiene mano, pero la política morenista es manejada desde el centro del país, pese a que López Obrador jura y perjura que “no meterá las manos” en la elección del 2021.
Claro que “no meterá las manos”… meterá el cuerpo entero.
No cesarán sus giras por todo el territorio nacional.
Por el contrario, las incrementará.
Sabe lo vital que es para su gobierno retener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados. Ello le permitirá transitar el segundo trienio de su mandato con tranquilidad y asegurar su serie de reformas y programas, sobre todo la programación presupuestal y asistencialista.
De perder esa mayoría calificada, la oposición le hará más que difícil su caminar de cierre de mandato. Y se verá obligado a negociar y pactar, a lo que hasta hoy se ha opuesto tajantemente.
Vaya sorpresas que da la vida… Claudia está de regreso.
Al tiempo