Supiste jugar, amar, entregarte, diste todo de ti por tu familia. Gracias papito, tus esfuerzos tus ilusiones y tu grandeza siempre están y estarán conmigo. Siempre recordaré todos tus consejos y alegría. Que momentos maravillosos en la mesa juntos riendo y jugando a todo. Tu fuerza se caracterizó no solo por la parte física sino haciendo reír a todos. Romper palos de escoba con la mano solo pocos y los que te quisieron imitar se rompieron la mano. Gracias papito por todo, realmente por todo, siempre llevaré en mi corazón todo tu ser, tu alegría y tu determinación. Me enseñaste a salir siempre adelante. ¡Gracias!.
No solo por engendrar a una hija o a un hijo se es padre. Padre es aquel que lucha, que se adentra en las verdaderas necesidades de sus hijos; es el que vive encadenado por voluntad propia a su familia y sabe sacarla adelante. Los sacrificios por no comprarse una moto o el carro más bonito no son sacrificios son ilusiones por ver en los hijos la sonrisa de un agradecimiento. Por eso también gracias a mis hijos que me enseñaron a ser padre con toda la ley y con toda la ilusión.
Papás no sean tontos los hijos valen todo. Si cometiste un error, eso ya pasó, ahora trata de dar todo de ti para verlos felices; pero no tratándolos de secuestrar, ni comprar por todos tus errores. No te sientas ni víctima, ni culpable, solo eres el padre y eso te marca para toda la vida. Dales lo que necesitan, pero no todo lo que te pidan, ponles límites para que sepan que un día tienen que saber responder ante el error por amor y por el bien de todos.
A todos los padres de bien que han dado todo por sus hijos: felicidades. Esos somos luchadores incansables por el bien de nuestros hijos. Les mando un abrazo y nunca claudiquen. Luchen por el ideal de la gran victoria que es la felicidad de ellos. ¡Felicidades!