¿Quién salvará al PRI en Puebla?

¿Se está ante su eminente desaparición?

¿Peña Nieto coadyuvó con Moreno Valle a preparar los funerales?

Los hechos y números de elecciones de 2010 a la fecha, indican que el otrora poderoso e invencible Revolucionario Institucional, que gobernó durante 70 años el Estado… hoy se sostiene con vida artificial.

¿Qué ha pasado con el PRI de elección a gobernador en 2010, la intermedia de 2013, comicios de la “mini-gubernatura” de 2016, la primera votación conjunta de Presidente de México y mandatario de 2018, primeros comicios extraordinarios de julio 2019 y la intermedia del domingo 6 de junio?

Veamos.

Al perder por primera vez la gubernatura con el priista Javier López Zavala frente al neopanista Rafael Moreno Valle, en 2010, el grupo marinista se cobijó en los 883 mil votos obtenidos y las 105 alcaldías ganadas, mismas que dijeron sería la base para retornar al poder.

La esperanza tricolor llegó al arribar Enrique Peña Nieto a la Presidencia de México en diciembre de 2018.

Volvió a cobrar vida el priismo poblano.

Ilusión que creció ante arribo de elección a la Presidencia Municipal de Puebla en 2013.

Se aventuraba y apostaba por la victoria de Enrique Agüera Ibáñez, ex rector de la BUAP, que enfrentaba al “delfín” morenovallista José Antonio Gali Fayad.

Y resulta que todo quedó en ilusión.

En sueño guajiro.

Moreno Valle se empoderó del Estado.

Y Gali Fayad llegó al Palacio Municipal para un periodo único de 4 años y 8 meses al igual que los 216 restantes alcaldes y 26 diputados locales.

Ello en virtud de la Reforma Electoral para empatar elección Presidencial con la de Gobernador en 2018.

Llega 2016 y los comicios por Casa Puebla lleva a enfrentar en las urnas a

José Antonio Gali Fayad -deja el Ayuntamiento-, contra la priista Blanca Alcalá Ruiz.

Y el PRI por segunda ocasión pierde la gubernatura.

¿Dónde está el primer priista de México?

¿Por qué Enrique Peña abandona Puebla?

¿Qué negocios y/o complicidades tienen Peña Nieto y Moreno Valle?

Era la voz y sentir de la base priista.

Más nunca tuvieron respuesta del gabinete federal peñista.

Para elección de 2018 el panorama del PRI era más que incierto, pues además del avance de Andrés Manuel López Obrador, el PRI decidió mandar a José Antonio Meade, quien fue rechazado por la militancia al no tener presencia ni carrera partidista.

Y qué decir del priismo poblano.

Sabían que estaba más que anunciada y anticipada una derrota.

Así en julio 2018 se enfrentaron Martha Érika Alonso Hidalgo –PAN-, Luis Miguel Barbosa –MORENA- y Alberto Jiménez Merino –PRI-

Al final y al grito de fraude, Martha Érika Alonso rindió protesta el 14 de diciembre del 2018.

Y el PRI se derrumbó al tercer lugar.

Para cerrar con “broche de oro” en las votaciones del pasado domingo 6 de junio, donde se eligieron 217 alcaldes, 26 diputados locales y 15 legisladores federales.

El Revolucionario Institucional ÚNICAMENTE OBTUVO 363 MIL 195 VOTOS.

Lo que lleva a una pérdida del 60 por ciento del electorado priista poblano, que representan 531 mil 882 votos que dejaron de sufragar por el PRI.

LA TRILOGÍA MORTAL DEL PRI… ALITO-CAMARILLO-CASIQUE

Desde que –Alito– Alejandro Moreno llegó de manera sorpresiva a la dirigencia nacional del PRI, una de las últimas decisiones del saliente mandatario nacional Peña Nieto, pues dejaba el Gobierno de Campeche para asumir una tarea titánica y de “misión imposible”, analistas no dejaron de calificarla de imposición y para negociar con López Obrador.

Con el paso de los meses la hipótesis se fue confirmando.

Y en Puebla se confirmó al imponer en “liderazgo” del PRI al ex edil de Quecholac, Néstor Camarillo Medina, quien tiene señalamientos de colusión con bandas del huachicol.

Y en elección de candidatos y candidatas… la vendía no tuvo freno.

Fue un descaro total y absoluto.

Ahí están las cifras oficiales del INE.

Más Néstor Camarillo y Javier Casique serán diputados plurinominales.

Vaya premio a quienes llevan al PRI a perder 60 por ciento de su militancia.

Y Alito también estará en la Cámara de Diputados.

¿Quién salvará al PRI de Puebla?

Al tiempo.