sábado 27 julio 2024
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La ley y la brutalidad (columna de Hector Manuel Pérez Cuéllar 30 de Marzp de 2021)

 

 

En la tan nombrada, aplicación de la Ley y la Brutalidad
Policial, hay un abismo que las Autoridades no han sabido
valorar, la aplicación del uso racional de la Fuerza y la
incompetencia de nuestros policías en general, son el
problema, a lo que se enfrentan en este momento en Tulum,
Quintana Roo.
Al examinar, los Protocolos de aplicación del Uso Racional de
la Fuerza, pueden contener lo que en la Ley permite; y lo que,
en su consecuencia se convierte en Delito, la Fuerza Pública
no puede realizar a su antojo los criterios de una
capacitación, para lastimar o inclusive como el caso de
Tulum, causar la perdida de vida, de un detenido por la causa
que sea.
Si lo vemos con detenimiento, la ambigüedad respecto de
quienes son responsables, de las decisiones y acciones de la
aplicación del Uso de la Fuerza, es en primera instancia de
los que tienen a su cargo el mando Policial; en ese contexto,
los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad
salieron del marco del Derecho.
El uso de la fuerza, no fue proporcional a lo aplicado por los
policías con la resistencia de la víctima, la rotación del cuello
con la aplicación de una rodilla en su cuello, es en mi opinión la causal de la fractura del cuello, violándose lo contenido en
la Ley Nacional del Uso Racional de la Fuerza.
La falta de la aplicación de la Reforma Policial, con un marco
de observación de protocolos aplicables en toda la República,
tiene a los Policías en una confusión de que hacer y no hacer;
los delincuentes o presuntos delincuentes o personas que
transgreden la Ley, no tienen en su mente que los que los
contienen sus actos, tienen que obedecer a una Ley, pues de
lo contrario se les revierte y se convierten en presuntos
responsables.
Este problema complejo, va más allá de un factor local, es un
entramado de Instituciones que no han sido manejadas con
una visión de permanencia y, de un planteamiento escalable
y medible; en ello también está, la Cámara de Diputados y
Senadores, hacen leyes, que como se dice, las hacen sobre
las rodillas, nada más perjudicial que en los últimos 30 años
hemos vivido.
Surge un problema, y todos atacan si es la oposición al
Gobierno actual, y si es el Gobierno, al pasado; pero pasa el
problema y el estado de las cosas quedan igual, desde una
Presidencia de la República, desde una Gubernatura o una
Presidencia Municipal, nadie mete mano a un planteamiento
escalable de capacitación, todo hoy descansa en que los
gobiernos locales, dejen en manos de la Federación la
solución.

La institucionalidad, está dividida La política de Seguridad
Ciudadana, enmarca el ejercicio de una Guardia Nacional,
como un ente de solución a todo, pero en la letra chiquita se
habló de la transformación de las Policías locales, pero que
en la práctica nada ha ocurrido, no hay certeza que lo que en
la provincia se aplica, vaya acorde a las de carácter nacional.
El aumento de mandos militares disfrazados como civiles, no
son la solución hasta este momento de lo que espera el
ciudadano; si esto, ya hubiera tenido un cambio cualitativo, no
estaríamos hablando de este homicidio, que nos pone en el
concierto Internacional, como violentos e incapaces,
La ausencia de los órganos de control, en cada corporación
Policial, son el factor determinante de siempre estar en la
línea de fallar, los horarios a los que son impuestos los
Policías conllevan a un cumplir por cumplir; y en la calle, a
tener un agotamiento físico y mental, que los conduce a fallar.
Hace unos días en el Estado de México, hablamos de
emboscadas de Policías que perdieron la vida, y si me lo
permiten es lo mismo que ocasiono el homicidio de la víctima
salvadoreña; la falta de un Mando atento a lo que pasa en su
Corporación, estamos llenos de improvisados y de acciones
que, en la práctica, se traducen en delito, por culpa de esos
mandos improvisados.
Hay mucho espacio para mejorar los protocolos en la
localidad, que garanticen un trabajo armónico en el
desempeño de sus funciones de los cuerpos Policiales, pero es necesario, que los Recursos Financieros sean auditados y
controlados para el fin que se persigue, no todo radica en
más patrullas y más armas, porque en la práctica hay que
tener mayor Estado de Fuerza, con horarios adecuados.
Es inevitable, pero si, que nos deje enseñanza, de que fallo
en el homicidio, donde los policías tendrán que enfrentar la
Ley; lo vimos en Estados Unidos, también aconteció algo
similar; diría el clásico, algo se tiene que hacer, pero se tiene
que hacer.
“La impunidad premia el delito, induce a su
repetición y le hace propaganda; estimula al delincuente
y contagia su ejemplo”. (Eduardo Galeano)
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