lunes 16 septiembre 2024
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EN ESTA ESQUINA…

 

 

Pobre México que en plena pandemia tiene que soportar un presidente que se empeña en permanecer arriba del cuadrilátero peleando contra todo y contra todos. He aquí algunos de los rounds que nos han tocado presenciar en los últimos días:
Ante la cerrazón de palacio, los empresarios trabajan a marchas forzadas para buscar soluciones a la fuerte crisis económica que atravesamos y que se agrava cada día por la emergencia sanitaria. Organizan foros, construyen escenarios y presentan 68 propuestas, todas viables, elaboradas cuidadosamente por quienes más saben de economía en este país pero López ni los ve ni los oye. Se sube al ring para en actitud defensiva decirles que él es el jefe y que no permitirá otro Fobaproa. Los empresarios insisten no están pidiendo rescates a fondo perdido para nadie que solo quieren salvar la planta productiva y el empleo y el presidente les responde con un derechazo, si las empresas van a quebrar, que quiebren y que si esto pasa será responsabilidad de sus socios.
Los medios nacionales de comunicación siguen desnudando la realidad. Las cifras que da el gobierno son confusas y contradictorias y entonces el presidente, por enésima vez, fustiga a los comunicadores y a las empresas que los auspician porque se atreven a presentar en vivo y a todo color las lastimosas escenas del personal de salud que sigue insistiendo en la falta de equipos de protección, pero le molesta sobremanera que den a conocer los lastimosos casos de los enfermos de coronavirus que no encuentran lugar en los hospitales públicos y deambulan por días implorando atención. Eso sí que no lo va a permitir y arremete contra ellos sin piedad.
Entonces viene lo peor, el mismo día tres medios internacionales, el Washington Post, el New York Times y El País, publican a primeras planas reportajes denunciando que el gobierno de México, esconde el número real de contagios y muertes por Covid19. En su mañanera intenta ponerles un estate quieto e instruye a su fiel escudero que por cierto de científico tiene poco, que salga a descontarlos. López Gatell graba video y ahora sí con los guantes puestos denosta a la prensa internacional, los acusa de actuar sincronizadamente y de estar organizando una conspiración mundial contra la 4T.
Pero si hay una pelea que al solitario de Palacio le interesa dar es esa contra la realidad virtual. Sí, la que se expresa en las redes, esas mismas redes que hasta hace unos meses eran las benditas redes y que ahora por un embrujo se han tornado en malditas. Y un día nos almorzamos con que López llama a cuentas a Twitter, Facebook e Instagram y los conmina a develar la realidad sobre las cuentas de sus contrincantes, quiere que las empresas den a conocer cuánto dinero les pagan por pegarle. Cree ingenuamente que ha dado un golpe espectacular, porque, cómo es eso de que sus golpeadores a sueldo se ven rebasados y ya no son tendencia. Pero Twitter le responde en inglés y en escueto comunicado le informa que están trabajando para proteger la conversación pública y que no reciben financiamiento alguno, sin embargo, López, en su habitual sarcasmo, se hace el desentendido porque como no conoce ese idioma, no pudo descifrar el mensaje. Ese mismo día en su informe trimestral Twitter analiza la cuenta presidencial: de los casi 7 millones de seguidores de su cuenta el 61% son bots y seguidores pagados. Nada más 4 millones de cuentas, ficticias o financiadas, dedicadas a respaldar al Peje. El golpe es a la quijada, lo tira en la lona, pero así y todo les grita: Si me noquean ….empato.
El más triste de los rounds es el que Don Andrés entabla contra los médicos. Su timing es aterrador, en el momento en que más empatía debe construir con un gremio que está dejando literalmente la vida en el frente de batalla, en ese preciso momento les suelta tres puñetazos, en la cara, en el tórax, en el vientre. Los agrede miserablemente acusándolos de enriquecerse a costa del dolor y la enfermedad, cuando todos sabemos que no hay profesión más sacrificada, que son mayoría los que después de 8, 10 o 15 años de estudio apenas reciben una sexta parte de lo que el presidente gana mensualmente. Más de cincuenta gremios médicos le envían cartas exigiendo una disculpa, todas pegan en el rostro del presidente, que sangra de nariz y boca. Pero así y todo, apenas esboza una muy débil excusa envuelta en una burlona mueca; “-es que me refería a los médicos del neoliberalismo”, que seguramente piensa, murieron el mismo día venturoso en que la providencia lo coronó como rey y señor del cuadrilátero. Ese inolvidable 1º de Diciembre de 2018, donde su afiebrada mente asegura, todo cambió.
En esa esquina sigue a puñetazo limpio contra la realidad y contra todo aquello que se le atraviese en su camino e intente evitar que siga aproximándose al precipicio. En la otra esquina estamos una gran mayoría de mexicanos que ansiamos a un líder que se crezca al castigo de la pandemia, que con magnanimidad conduzca a su pueblo, que lo abrace en este momento de dolor y lo conforte, que lo impulse para enfrentar el reto monumental que tenemos enfrente. Pero el fajador de barrio está muy lejos de ser el personaje que necesitamos y por eso es urgente que nos organicemos. México es más grande que esta coyuntura y nosotros, no me queda duda, estaremos a la altura del deber.

Ana Teresa Aranda Orozco