jueves 21 noviembre 2024
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Cartas a Gracia por Gustavo Santín Nieto

Maestros

Estrés y noticias falsas
Cartas a Gracia

Me comentas que te quedas en casa y que desde ahí cumples, en la medida de lo posible, con la encomienda que te fijaran las autoridades educativas federales, a través de su representante en la Ciudad de México, incluidas quienes dirigen a las escuelas y las responsables de la supervisión escolar Gracia. Desde casa estás pendiente de tus “peques”, a pesar de la abrumadora presión que ejercen supervisores escolares y que les obliga a trabajar en cosas fatuas, con las que la burocracia media e intermedia quiere justificar sus altos salarios y justificar su eficiencia ante a sus jefes. Te comparto la opinión de la Sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a la que perteneces, y que representa el sentir de muchísimos docentes y directivos escolares que, como lo señala la organización, ya están hasta “la coronilla” de las ocurrencias de las y los directores de nivel, a quienes no les interesa la situación que vive la nación y las carencias, como el acceso a internet (lo platicamos la semana pasada) que padecen 2 de cada 5 connacionales, y a pesar de eso, les obligan a: “reportar diariamente el seguimiento a las tareas de sus alumnos, enviarles más labores escolares, aplicar evaluaciones de dichos trabajos y reportar las evidencias de seguimiento, fijando incluso horarios y formatos cerrados” (https://bit.ly/2Xa6gus). Por si fuera poco, inventar el que hacer educativo para laborar en casa entre el 23 y 30 de abril, incrementa la angustia y el estrés provocado por la pandemia; padecimientos que comparten directivos escolares, niñas y niños, padres y madres de familia quienes deben, a más de estar pendientes del cumplimiento puntual de las exageradas tareas, preservar la calma en el hogar, y que en algunos casos ocurre lo contrario incrementando así las cifras de violencia intrafamiliar (https://bit.ly/39L6yu4).

Madres y padres de familia también se afligen por noticias falsas que aparecen en las redes sociales y que, de ser ciertas, afectarían a sus hija(o)s con la cancelación del ciclo escolar 2019-2020, desmentidas de inmediato por Esteban Moctezuma Barragán. Infortunadamente y tras la negativa, el Consejo de Salud prorrogó las medidas preventivas hasta el 30 de abril; sin que sea oficial, también por redes se pronostica que las medidas podrían alargarse has el mes de julio. Empero, como ya platicamos, las autoridades educativas -locales y federales- solicitan la planeación de actividades que, si bien por un lado abruma a los y las docentes, escolapios y madres y padres de familia, por otro daría la impresión de que estarían “agarrando al toro por los cuernos”.

Agradezco me agregaras a los grupos de WhatsApp que formaron en tu centro de trabajo, en calidad de visor externo y gestor de calidad que testimoniara el avance de los programas de estudio de educación básica. Ahora que los salones de clase se trasladaron (en la mayoría de los hogares del país), a la sala comedor en las que lo mismo se escucha el ruido de la licuadora y del televisor, los gritos de niñas y niños y los pleitos entre ellos y para no ser la excepción con sus progenitores; la exasperación de madres de familia tanto por tener en casa a sus vástagos todo el día, como por no poder suplir adecuadamente a la Miss o al Profe.

El personal docente, lo mismo que madres, padres de familia y tutores, afrontan el reto planteado por la contingencia de manera diferente y, por supuesto, que “de todo te encuentras en la viña del señor”. Por los grupos de “whats” a los que me integraste, te topas con comentarios personales y experiencias compartidas en las redes sociales; por ejemplo te enterarías que en un número importante de escuelas públicas, maestras y maestros alargaron el receso escolar por 15 días; sí, olímpicamente se fueron de vacaciones Gracia, incumpliendo con las indicaciones de las autoridades educativas; y en otras escuelas, el personal docente entregó un paquete de copias al alumnado, quien debería realizar los ejercicios -en el horario de las asignaturas- y mandar las evidencias de su trabajo mediante mansajes de WhatsApp, sin impartir las clases estipuladas; pero, agradable sorpresa, muchas instituciones, fundamentalmente de financiamiento particular impartieron regularmente sus clases a través de plataformas como Google Classroom, Meet y Discord, en las que por invitación del docente las niñas y niños interactúan, mediante transmisión de voz y datos en tiempo real, con su maestra o maestra, como si estuviesen en el salón de clase. Otras y otros más, hacen uso de la plataforma Zoom que permite transmitir imagen y sonido en tiempo real, consintiendo adicionalmente que personal directivo y de supervisión ingrese, a las sesiones para verificar el desempeño de las pequeñas comunidades escolares virtuales.

Sin embargo Gracia, la crisis económica agudizada por la pandemia permite analizar la improvisación con la que actúan las autoridades educativas y la necesidad imperiosa que permita a las comunidades escolares enfrentar enfermedades colaterales inherentes a la que origina medidas de apremio, entre las que cuentas el estrés, la violencia intrafamiliar y las mentiras que circulan en redes a falta de información objetiva y veraz proporcionada por las autoridades de todos los ramos, en el momento preciso. Es un buen momento para ejercer el pensamiento crítico al que aluden las dos últimas reforma educativas.

El aprendizaje del uso de nuevas tecnologías dejaría de ser un privilegio al que accedieran unos cuantos; y requeriría de un tiempo para la capacitación de todos docentes sin interesar edad, sexo, nivel en el que se desempeñen, incluidos quienes laboran en instituciones de educación superior; computadores, equipo y la construcción de una red nacional de internet con acceso gratuito y recursos para dotar a todas las escuelas públicas con salones de medios y del fortalecimiento del pensamiento crítico para

o ocurrencias de último minuto para que en caso de una nueva contingencia no suceda lo mimo que hoy sucede y no se agrave el estrés por el exceso de trabajo y la noticias falsas.