Para el ciudadano inocente o poco inmerso en la política partidista, pasan desapercibidas las estrategias de los dirigentes poco honestos, que utilizan en gran parte el cargo para promocionarse a sí mismos o al grupo de interés para el cual sirven. No habría problema alguno, sino fuera porque los partidos utilizan recursos públicos, millonarios, que demanda cuentas claras y uso legítimo.
Otro de los problemas que enfrentan los dirigentes y que deben responder por ello, son las candidaturas de paja, de escritorio, de mero trámite para pretender cumplir con las normas electorales. Tal es el caso del proceso electoral 2021, en especial el poblano en el que se demuestra que varios dirigentes de partidos que perdieron su registro y de aquellos que se colocaron en el umbral de la extinción registraron candidaturas que no aportaron votación relevante a la siglas, en especial aquellos que no obtuvieron sufragios o que ni la planilla registrada votó por ellas mismas.
Una de las situaciones relevantes de esas candidaturas de paja, es el hecho de que aquellas planillas que no obtuvieron ni los votos de la suma de sus candidatas o que lograron uno o no obtuvieron ningún sufragio, fueron encabezadas por mujeres.
Puede darnos risa cuando observamos los resultados electorales con planillas con cero votos, en municipios que la gran mayoría de los poblanos desconoce su existencia, mucho menos le importa si alguna candidata gano o perdió la contienda. Lo terrible y grave para la democracia mexicana y en especial la poblana es la simulación y el gasto público que se utilizó para ello, lo que considero debe ser observado e investigado por las autoridades electorales y en su caso observar las cuentas del gasto partidista. Aquel que se utilizó para financiar supuesta “estructura” o candidaturas que no aportaron ni los votos de la planilla registrada.
Con datos del PREP difundidos al finalizar la jornada electoral y hasta la publicación definitiva del escrutinio por los órganos electorales, se encontró que más de medio centenar de municipios poblanos, hubo candidatas que no obtuvieron votación o planillas que no llegaron ni a 10 sufragios en la demarcación territorial por la cual compitieron.
Es, quizá, el peor síntoma de lo que nuestra clase política poblana hace con figuras de paja, en un partido u otro, los mismos de siempre. Expedientes de escritorio sin sustento social, sin representación alguna, como parte de un mecanismo oficioso para aparentar cumplir con la ley. Aun cuando ocurre, tanto en el lado de partidos con registro condicionado, como aquellos que tienen definitivo.
En esta elección fuimos a votar con la boca y la nariz tapada, quizás muchos también taparon sus ojos y por eso cometieron errores. Por lo pronto la pérdida del registro del PES, FPM y de RSP, como ejemplo, cuando tenían registro condicionado nacional y participaron en su primera elección 2021, se deba a que tuvieron candidatas de paja.
¿O no lo cree usted?