lunes 17 febrero 2025
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Borregos y refranes (Columna del Dr. Silvino Vergara Nava)

“Es lamentable que se sumen como borregos a la

estrategia reaccionaria y golpista del grupo

 corrupto que se opone a la Cuarta Transformación,

impulsada por millones de mexicanos para enfrentar

 la monstruosa desigualdad y la violencia heredada

por la política económica neoliberal que durante

 36 años se impuso en nuestro país”.

 

Carta de la Presidencia de la República

al Parlamento Europeo

 

Un refrán mexicano dice que: “Lo cortés no quita lo valiente”. Los refranes que no tienen autor, y que son el conocimiento concentrado de la vivencia de generaciones pasadas, permiten que se pueda forjar en las personas el sentido común, pues se dice que todas las personas nacen con él. Aunque de ninguna forma todos cuentan con él. Los que saben, sostienen que el sentido común se va forjando con la lectura de los refranes. Los “viejos”, en sus consejos, siempre citan un refrán, incluso, recomiendan que se lean los refranes por esa utilidad que brinda con el paso del tiempo forjar el sentido común.

Pareciera que estos refranes, que son del conocimiento común, de cualquier persona, que no cuestan, porque no se aprenden en las mejores universidades, ni vienen del mejor maestro, no han sido recomendados por quienes están alrededor de la presidencia de la república.

Atendiendo a un cargo en la presidencia de un país de 130 millones de habitantes, no es cualquier cosa sostener esa serie de palabrerías, que rompen con ese refrán de: “Lo cortés no quita lo valiente”. Que un documento de la presidencia de la república sostenga: “borregos”, “panfleto”, “lean bien”, “evolucionen”, “injerencista”, es bastante lacerante y vulgar. Si desde la presidencia de la república se hace uso de ese tipo de palabras y de ofensas, no podemos preguntarnos por qué hay tanta violencia en el país, si esta se derrama desde la propia presidencia. Ya no nos podemos preguntar por qué la violencia tan desalmada en el estadio de Querétaro por los aficionados, que más que una muestra de odio al equipo rival y a su afición, es una muestra de la impotencia que se desparrama en este país, con delitos que no se pagan, con desempleo, con la inflación que no para.

Algo se debe de hacer desde los ciudadanos a pie, no podemos asumir que esa serie de denotaciones sean propios de un país, en donde existe una gran cantidad de profesores, estudiosos, científicos, profesionistas, personas que de sol a sol están laborando para un México mejor. Si bien, era posible una respuesta al respecto de la posición del Parlamento Europeo, no se puede caer en la vulgaridad. La otra opción, y a veces la más apropiada, inteligente y cortés, es la que se le ha denominado por la población como “la política de Luís Miguel”, un cantante orgullosamente mexicano que se le achacan una serie de sucesos, amoríos, escándalos etc., y que nunca da contestación o entrevistas sobre esas noticias, sabedor que, con el paso del tiempo, la población lo olvida. Porque pasan desapercibidas esas noticias dejan de ser noticia.

Los antiguos a esa ausencia de respuesta por cartas lesivas le llaman, incluso desde la tauromaquia (que por cierto no acepta la izquierda del Palacio) “el pase del desdén”, que consiste en pasar al toro de manera muy elegante por el torero, hasta en una posición de indiferencia, lo que demuestra la capacidad del torero y la personalidad del mismo en el ruedo, quizá hace falta acudir a algunas corridas de toros, esas que se pretenden prohibir, que mucha enseñanza dan, porque son la viva muestra que la vida no es sincrónica sino diacrónica.

Ese “pase del desdén” o esa “política de Luís Miguel” hacen que las notas y las malas vibras pasen de largo y no afecten en el devenir principal, a los propósitos centrales, a lo que corresponde hacer y concentrar el tiempo, es decir, en lo importante y no la intrascendente. Pero, cuando se refuta y se cae en replicas y contra-replicas sobre algo banal, lo que demuestra es que no hay otra cosa más importante que ese reproche, posiblemente es porque no hay proyecto de nación alguna más que entretenerse en este tipo de debates estériles que no son de utilidad alguna para el ciudadano de a pie que votó en el año de 2018 por una transformación en donde se permita contra con esperanza de vida y no estársela jugando todos los días que sale de casa e incluso, sin salir de la misma.

Lo que es una realidad es que, hay tiempo para elaborar una carta de respuesta con esa redacción que impactó a propios y a extraños, y se deja al margen el desempleo, la falta de medicinas, los problemas de migración, los efectos de la guerra en Europa, el aumento de los combustibles, la necesidad de imponer subsidios, la inseguridad pública, la ingobernabilidad, la inflación, etc. En la parte de esa carta mexicana al Parlamento Europeo en donde se cita que ya no se violan derechos humanos y en donde se hace mención del porcentaje de aprobación de este gobierno, bien que cabe otro refrán popular más sobre esta desastrosa situación: “Razón no pedida, culpabilidad manifiesta”. (We