Alfonso Esparza Ortiz está a 63 días de culminar su rectorado de ocho años al frente de la BUAP, que inició primero como sustituto de Enrique Agüera en 2013 y electo en octubre del mismo año.
Y vaya que le ha tocado vivir, y enfrentar uno de los ataques más virulentos del gobierno contra la universidad como no se había visto.
Su administración es la primera –y única- que le ha tocado convivir con tres gobernadores del PAN: Rafael Moreno Valle, José Antonio Gali Fayad y Martha Érika Alonso Hidalgo.
Un mandatario Interino del PRI: Guillermo Pacheco Pulido.
Y un titular del Ejecutivo de Morena: Miguel Barbosa Huerta.
Relaciones de claros-obscuros con Moreno Valle. De diplomacia con Gali Fayad y Alonso Hidalgo. Cordiales con Pacheco Pulido. Y de enfrentamiento soterrado, público y abierto con Barbosa Huerta.
Alfonso Esparza no se dobló. Tampoco se arrodilló. Mucho menos dimitió.
Aguantó a pie firme las embestidas. Más fue arropado por su Alma Máter y está a 63 días de entregar la estafeta a quien será el rector –o rectora- número 31 de la BUAP a partir del próximo 4 de octubre.
Su obra universitaria está impresa en la expansión, acreditación, nivel académico y estudiantil; del manejo transparente de los recursos que acreditó al cien por ciento la Auditoría Superior de la Federación.
Honró la palabra al cumplir que sería rector de tiempo completo. Que terminaría su administración. Y que la política-política no lo iba a distraer, mucho menos ocuparía un cargo de elección popular.
Ahora toca el arribo de José Carlos Bernal Suárez a la Secretaría General de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en sustitución de Guadalupe Grajales Porras –esposa de Roberto Vélez Pliego, por ende cuñada de Francisco Vélez Pliego-
José Carlos Bernal deja Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura para coordinar el proceso electoral del próximo rector –o rectora-, que inicia a mediados de septiembre.
Así lo estipula la Ley Orgánica Universitaria: Es responsabilidad de la Secretaría General presidir y coordinar la elección de rector, y suplirlo en caso de ausencia temporal.
Con esta jugada de ajedrez, la Benemérita se encamina a fortalecer y resguardar su autonomía de elección rectoral, para que los “demonios externos” no transgredan una fiesta que corresponde única y exclusivamente a la comunidad BUAP.
¿Quién será el Rector número 31?